¿QUÉ?
Narración: Claudia.
—Bien… ¿quién empieza?
Grace y
Belén se miran curiosas. Al parecer ninguna sabía que ambas habían tenido
problemas el fin de semana.
—¿Qué tal tú? —me dijo Belén alzando una ceja.
La pelirroja
me miro interrogando y pidiendo saber que pasaba. Yo sólo rodé los ojos. No iba
a hablar de eso ahora.
—¿Qué pasó con Gaby? —pregunté mirando a Belén.
—No soporta lo que pasa con Alex… —masculla entre
dientes— la muy maldita lo quiere todo para ella.
—No hables así, Bels —le dijo Grace— Ponte en su
lugar, no es fácil verte con el novio de tu hermana.
—Tienes que tener calma —le digo yo— Seguramente ahora
no entiende, pero… con el tiempo ¿quién sabe? —me encojo de hombros.
—¡Esto es un desastre! Si tan sólo Alex no hubiera
hablado, nos estaríamos ahorrando todo este lío.
—Eso ni tú te lo crees —reí— ¿Lo has vuelto a ver?
Belén
comienza a sonrojarse, lentamente. La miro boquiabierta junto con Grace. ¡Lo ha
visto! ¿No estarán lleno muy rápido? Me pregunto por un segundo.
—Ayer me lo encontré —sacude su cabeza— Ni yo ni Gaby
le habíamos respondido sus llamadas y él quería hablar —hace comillas con sus
manos en la última palabra— como si fuera muy fácil.
—¿Y? —Insisto— ¿Qué te dijo?
—Pues… puras chorradas sentimentales.
—Que te hacen templar las piernas —completó Grace—
¡Anda Belén, no me mires así! Se te iluminan los ojos cuando hablas de él.
Esta intento
no cambiar la expresión de la cara, pero
finalmente terminó dando una sonrisa tímida. ¡Ay, Belén! Las tres comenzamos a reír como estúpidas. Hasta que
Grace suspira pesadamente mirando un poco más allá de mi espalda. Me giro a ver,
y vemos a Emilio y Javier caminando. Creo que es hora de cambiar de
conversación.
Narración: Andrés.
Terminé de
escribir la última respuesta. Bien. Un paso más y ya tendré mi título. Suspiré
feliz y con un peso menos de encima, me levanté para entregar el examen. Cuando
salí, Tomás ya me estaba esperando para poder saber que tal me había ido.
—Te demoraste un infierno —me dijo— ¿Qué tal estuvo?
—Como el infierno —sonreí— Bueno no tanto, pero nada
fácil.
—Mierda.
—¿Tú la das mañana? —Asintió— Bueno, suerte para ello
—le palmeé el hombro— Porque no pienso darte las respuestas —sonreí.
—¿Qué vas a hacer ahora?
—Pues… ¿Volver a la escuela? No lo sé… ¿Por?
—¿No me vayas a pegar, si? —Lo quedé mirando sin
entender de que hablaba. Pero luego me tendió mi celular. A sí, se lo había
pasado mientras estaba en la sala. Pero aún no captaba— Estaba jugando con él
y… llegué a los mensajes.
—¿Los mensajes? —me detuve en seco.
—Sí, pero te juro que no era mi intención —se detuvo
conmigo con las manos en alto— Pero, bueno, los leí.
Lo quedé
mirando por un segundo. Sabía que podía confiar en él, pero el problema es que
esto involucraba a Claudia.
—¿Qué es lo que quieres saber?
Tomás se
removió inquieto.
—¿Pasaste la noche con ella?
Espontáneamente sonreí al recordar todo. Realmente estoy actuando como
un imbécil. Pero la sonrisa rápidamente se borra cuando la cara de sorpresa de
Tomás me despierta.
—Sí, pero no como estás pensando, imbécil —y vuelvo a
retomar el camino.
—Bien… entonces… ¿lo tuyo con ella va enserio?
—¿Y desde cuando he dicho que no es así?
—No sé —se encoge de hombros— Sólo me sorprende lo
fuerte que te ha dado.
—Tú no te quedas atrás, amiguito —le guiño un ojo—
¿Qué tal con Azul?
—Bien, todo bien —sonríe ampliamente— Pero no me
cambies el tema.
—Entonces, ¿qué quieres saber, Tomás? No, no pasé la
noche con ella en ese sentido, sólo nos… no es lo que crees. Sí, me gusta ¡Y lo
sabes! No entiendo porque todo te toma por sorpresa —lo miro intensamente,
intentando averiguar lo que trama.
—¿La amas?
Y por su
tono de voz sé que la pregunta va más allá.
—Sí —respondo firme.
—¿Así no más? Vamos, Andrés, llevan un par de meses…
¡Ni siquiera pensaste la respuesta!
—No necesito pensarlo, Tomás.
Este me
rodeó los ojos divertido. Pero yo no le encontraba gracias, era la verdad.
Narración: Carla.
—¿Te has estado ocultando de mí?
Tan sólo una
milésima de segundo me toma ponerme en alerta y otra milésima en relajarme.
Mia. Inspiro pesadamente y me giro un poco para verla.
—¿Qué tal?
—No me vengas con chorradas, a ti algo te pasa.
La miro a
los ojos buscando algo de compasión, algo de lástima aunque sea para escaparme
de esto, pero no, sé que no lo encontraré.
—Oh, mira ahí está Max —señala hacia el otro lado del
pasillo.
El libro se
me cae de las manos, lo tomo, saco los otros y cierro el casillero. Todo eso en
dos segundos. Tiempo record. Salgo corriendo hacia la sala en dirección opuesta
a… Siento una agarre en mi hombro y Mia está a mi lado.
—¿Qué pasa aquí?
—Nada.
—¡Oh por Dios! —Sacude las manos en el aire— No me
veas por tonta, Carla, que no lo soy. Hoy esperaba encontrarte de la mano junto
a Max, todos acaramelados, pero veo que no es así. Es más, ni se hablan. O más
bien tú no le hablas porque te he visto como corres de él.
—¿Por qué siempre tienes que querer saberlo todo?
—digo enfurruñada.
—No tengo, pero estoy preocupada por ti. ¿Qué es lo
que pasó? ¿Es por la fiesta? ¿Qué ocurrió?
Miro el
suelo buscando alguna clase de milagro que no llegará. Me apoyo contra la pared
y me deslizo hacia abajo, con Mia a mi lado. Sé que no parará de molestar hasta
que le diga todo. Uf.
—Ese es el problema… no sé lo que pasó.
—¿Cómo que no sabes? —Pregunta riendo, pero luego su
cara cambia— ¿No sabes de no sabes, o no sabes de sí sabes?
La quedo
mirando sin entender.
—¡No me acuerdo, Mia! Todos esos tragos… esta todo borroso
en mi cabeza.
Y ahí cae.
Mira incrédula. Los ojos se le salen de las cuencas, la boca ya llega al piso,
ay no, es peor de lo que pensaba.
—¡¿Me vas a decir que pasaron la noche juntos?!
—chilló histérica.
—¡Cállate, tonta! —Saltó sobre su boca para tapársela—
Te van a oír —miro alrededor agradecida de que la gente está algo apartada, y
vuelvo a mi lugar— Sí y no… Max… yo… Ay, amiga, no sé qué hacer —y siento la
desesperación llenar mis ojos.
—Esto está… heavy,
amiga —dice con una mueca fea en su rostro— ¿Es que de verdad no puedes
recordar nada?
—Sólo partes… —Mia hace un movimiento con la mano indicándome que le
cuente lo que sé— Llegamos a mi casa, mientras conversábamos de repente… —y
comienzo a sonrojarme— bueno, ya sabes. Y después —trago sonoramente— recuerdo
haberme despertado. En ropa interior. ¡Oh,
Dios!
Mia no
pronuncia palabra. Y eso me aterra. Si yo ya
no sé qué hacer, y si no sabe ella… estoy perdida. ¿Cómo pude hacer todo
eso? ¿De verdad? Pero… si algo hubiera pasado, ¿lo sabría no? Por muy pasada de
copas… porque hubiera sido… ay, no… mi
primera vez.
—Tienes que hablar con él.
—¿Qué? No, no puedo.
—Claro que sí, Carla —me mira directamente a los ojos—
ustedes ya son amigos, tienen confianza, tienes que acercarte a él y preguntarle.
—¿Estás loca? —Digo poniéndome de pie— Con lo poco de
dignidad que me queda, dejaré que esto pase. No me puedo humillar más.
Ahogo las
lágrimas y me marcho de ahí. A cualquier lugar en donde no me pueda topar con
él.
Narración: Claudia.
—¿Quién es?
Corto la
llamada nuevamente.
—Mi mamá —le respondo a Grace— No entiendo porque
llama tanto.
Los últimos
cinco minutos había tenido ya diez llamadas de ellas, pero no le podía
contestar. Era ya mi última clase ¿Qué tenía tanta urgencia? Decidí salir al
baño y devolverle la llamada, algo grave debe haber pasado para tanta
insistencia.
—¿Mamá? —dije una vez ya afuera.
—¡Claudia!
—¿Qué pasa? ¿Por qué me llamas tanto? Estoy en clases…
—¡Pregúntale! —grito alguien desde el otro lado. ¿Mi
papá?
—Cariño… hemos recibido una llamada esta tarde…
—Ya… —no entendía nada.
—Del director de tu escuela.
—¿Qué?
—¿Por qué nos tendría que llamar él?
—Mamá… yo… —me callé. ¿Qué estaba pasando? ¿El
director? Pero… Si no he hecho absolutamente nada. Mis notas están bien, no he
hecho nada que necesitara tanto como esa llamada— No lo sé —dije finalmente— No
tengo idea.
—¡Puedes callarte! —Le gritó a mi padre— Bien, tesoro.
Cuando salgas, vente inmediatamente para la casa, nosotros iremos en unos
minutos al colegio.
—Pero también quiero ir… Quiero saber qué pasa.
—Prefiero que no, Claudia, nos vemos después hija —y
cortó.
¿Qué estaba
pasando aquí? ¿Qué se traía el director? Y por sobre todo ¿Qué sería tan grave
para citar a mis padres? Esto no pinta para nada bien.
Narración: Gaby.
Por más que
la intentara, no podía. Tenía la imagen de Belén y Alex juntos. Mi mente me
jugaba una mala pasada en estos momentos. Hacía un soberano esfuerzo en prestar
atención a la clase, pero no podía. Y mi mente vagaba entorno a todo este
problema. ¿Qué iba a hacer? ¿Qué iba decir? Sentía como si todo esto ocurriera
sin que yo fuese consciente. ¿Alex y Belén? ¿Juntos? ¿Cómo? ¿Por qué lo habían callado? Prefería la cruda verdad a una
mentira que dolía mucho más. Pero no podía explicarme. Belén insistía en que
estaba siendo egoísta, pero no tiene nada que ver con eso. Me siento
defraudada. Y lo peor de todo es que por dos personas que son importantes. Sé
que con Alex las cosas no estaban bien, y era mi culpa. Yo lo había defraudado
a él. Pero esto se me escapó de las manos. El sentimiento que empezó a nacer
por Javier se me escapó. Fue mi culpa haber llevado las dos cosas al extremo.
Lo sé. Y si Alex de verdad... quiere a Belén, no puedo hacer nada contra eso.
Pero es... el silencio lo que me duele. Y tampoco pueden esperar a que sea todo
sonrisas. ¿Es que ellos no estaban siendo injustos con eso? Verlos juntos...
duele. No cómo hubiera sido hace un mes. Alex fue mi novio, aún lo quiero. Y
verlo con otra es difícil. Mucho más si es Belén. ¿Es que ellos tampoco pueden
ponerse en mi lugar? Si son felices juntos, ya no puedo hacer nada. Que lo
sean. Pero sólo pido un segundo para que se pongan en mi lugar. Un miserable segundo.
El timbre de la última clase interrumpió mis pensamientos y me volvió al
mundo. Limpié la lágrima que se había escapado, tomé mis cosas y me hice paso
entre la gente para llegar a mí casillero. Guardé los libros y tomé lo
necesario. Al cerrar la puerta noté la foto: Alex y yo. Uf. La tomé y la
sostuve en mis manos. Se había acabado. Le di un beso a la fotografía y la
arrugué para botarla en cualquier basurero. Cerré de golpe y me giré.
—Hola.
Javier
estaba parado ahí. Sostenía la mochila por un hombro y jugando con ella,
nervioso. Podía sentir el efecto de él abrazándome: sus ojos verdes me quemaban
tan sólo con mirarme, mi estómago comenzaba a retorcerse y una pequeña sonrisa,
a pesar de todo, salía de mi boca.
—Hola —digo en voz baja.
—¿Estás bien?
—Bien... —medité la palabra. ¿Estaba bien? Sentía
que el pequeño mundo que tenía se caía. Tenía a una hermana y a un ex novio que
al parecer harían lo posible por estar juntos, pero no podían tomarse un
segundo para ver cómo lo vivía yo. No. No estaba bien.
—¿Gaby? —Javier sonó algo alarmado.
—¿Me podría dar un abrazo? —mi voz sonó ahogada
por las lágrimas.
Javier
me rodeó tiernamente. Agradecí el gesto. Lo necesitaba. Como a un salvavidas en
medio del mar. Así era Javier.
Narración: Claudia.
–¿Papá, mamá?
Había escuchado detenerse el auto afuera de la casa y ahora me
encontraba bajando por las escaleras con ansiedad matándome y carcomiendo mi
calma.
Medio
hora atrás había llegado de la escuela, nerviosa. Tenía miedo, pero eso era
estúpido porque no había hecho nada. ¿Una llamada del director? ¿Es que no
podría haber hablado conmigo primero? El
grito de mi padre desde afuera no fue un buen indicio.
—¡¿Ese jovencito acaso cree que tienes diez años?!
La
puerta principal se abrió, y con eso mi padre entró hecho una furia, y mi madre
intentando calmarlo.
—Por favor, respira un poco, cariño —lo tomó por los
hombros y lo miró a los ojos— todo está en orden.
—Ho... Hola —tartamudeé desde las escaleras, no
muy segura de sí querer saber lo que pasaba.
—Jovencita —comenzó a decir mi padre— ¡¿Me puedes
explicar cuál es tu idea?! ¡¿Quieres que te expulsen de la escuela?!
—Yo... yo no entiendo de qué hablas. ¿Qué pasa?
—¿No entiendes? —Dijo incrédulo— Tú y tu novio
fueron vistos en una situación comprometedora en la escuela. ¡De eso estoy
hablando!
¿QUÉ?
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Mmms... ¿nada bien, no?
Disculpas dobles por la tardanza y lo fome de ese capítulo ><
Creo que las ganas de llegar al final sólo me ayudan para eso: escribir el fina, y no para la parte de entre medio :c
Como sea.. ojala les haya gustado un poquito.
Ahí dejé algo más de Gaby :O
Todo el mundo la odia. No me mientan xD
Pero, siendo ella... la cosa cambia y se pone fea D:
¿Que más...? Bueno el final :O
Espero de verdad sorprenderlas con lo que se vendrá :O
¡¡Chan chan!!
Tengo que decirles que hago un esfuerzo sobrenatural por seguir sus blogs
y lo he hecho, me he pasado por muchos seguidos.. pero a veces me pasa la cuenta ><
Y si me pasa la cuenta, significa que no puedo ocupar el Pc
Y si no puedo ocuparlo, no puedo escribir.. y ya saben lo que pasa D:
Intentaré encontrar alguna forma de hacer las dos cosas ><
Quiero dedicar este capitulo a una personita que me ha tomado por sorpresa :O
¡YULII!
Yeah baby, this is for you!
Okay, primero mil perdones por el atraso :c No es algo que quiero hacer con querer, eh! ><
Segundo, millonesimas gracias por comentar, sabes? !!!
Es que es bonito ver que alguien que no es de blogger se toma el tiempo de dejar un comentario como "anónimo" y de verdad se agradece... ¡Mucho más si me dices que esperas otro cap! :D
En fin guapurri, muuchas gracias por haber dedicado esas tres semanas a leerte este blogazo re largo .-.
Espero que sigas disfrutando de él *-*
Muchos saludos para allá a México! :)
Y ya po'
Eso fue todo :S
Ando cero inspirada ahora para decirles algo así que sólo cuídense un montón y nos vemos el prox fin de semana, y lo digo enserio ;) aksasjkasj!